domingo, 2 de octubre de 2016

Pancitos de manteca



Algo rico para compartir y los secretos de la levadura para una masa a punto

A esta altura del verano escucho más de una vez: “Lo que mata es el calor”. Sinceramente creo que cada estación tiene su encanto. A falta de aire acondicionado o pileta, siempre hay un ventilador, un abanico o quizás jugar con la manguera en el patio con los nietos.

Como reza el refrán: “Al mal tiempo, buena cara”. No nos quejemos tanto y disfrutemos más de la vida, aunque haga frío o calor. Claro que mi alma de cocinera me lleva a pensar en quién podría decir “Lo que mata es el calor”: la levadura. Cuando trabaje con levadura recuerde que el fermento desempeña el rol de un obrero, cuyo trabajo consiste en “levantar la masa”. Como todo obrero, su trabajo será excelente si lo realiza en un medio tibio, agradable (en lugar de “medio” léase “agua”).

¡Hay que evitar que la masa fracase por falta de leudado!En síntesis: la levadura prensada (la que llamamos fresca), siempre exige disolverse en un medio tibio. Del mismo modo que la masa, una vez armada, deberá leudar en un medio con temperatura agradable. Incluso, si usted no la usa enseguida, podrá estacionarla en la heladera y el fermento no se arruinará.

¿Que por qué hablo tanto de la levadura? Porque tengo una recetita simple que le permitirá utilizarla para llenar la casa con ese delicioso “olor a pan caliente”.

Pancitos de manteca

1 Mezcle 1 cucharadita de azúcar, otra de harina y 50 gramos de levadura.

2 Agregue 1/4 de taza de agua tibia y deje que se convierta en una “esponja”.

3 Mézclele 1/2 kilo de harina, 1 cucharadita de sal y 60 gramos de manteca blanda.

4 Agregue la leche tibia como para formar un bollo tierno. Amase y deje leudar la masa tapada.

5 Divídala en bollitos y deje leudar nuevamente.

6 Cocine en horno bien caliente.






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